Adieu Christine

El pasado jueves dimos sepultura en Paris a Christine Chauvet. Política y empresaria a la que la transición española debe inmensos y callados favores que es justo reconocer.

En los albores de la pre-transición, allá por el año 1974, todas las miradas se dirigían a Francia. El PC esperaba allí el hecho biológico mientras actuaba en el interior; el PSOE preparaba también en Paris y en Bruselas su renovación y el fin del régimen.

Personas comprometidas con el devenir democrático en España hacían de Francia un centro de referencia y aprendizaje para el ejercicio olvidado de los mecanismos de una democracia a recuperar.

Francia había sido tierra de acogida del exilio republicano o simplemente demócrata, paradigma de libertades, sueño de libertarios, tierra que había acogido al PC, a Rafael Calvo Serer , al Gobierno Vasco en el exilio  y a Tarradellas ,  vivido en diciembre de 1974 la reconversión del PSOE en Suresnes y lugar  donde se presentaban  en 1974 plataformas ,  plata-juntas e incluso el Partido Liberal español surgido  de GODSA

Empezaba a gobernar allí Giscard d´Estaing a quien España preocupaba más que ocupaba. 

Preocupaba porque empezaba a detectar, desde su posición anterior como ministro de Economía, un desequilibrio en las relaciones comerciales desde el acuerdo de 1970 y porque desde que el príncipe Juan Carlos ocupara y desocupara con rapidez la Jefatura del Estado en el verano de 1974, Giscard tenía claro que la España en devenir se alejaría del franquismo agonizante y de un régimen caduco. Sin saber muy bien cómo. Es lo que le contaba Antonio Barrera de Irimo , uno de los pocos españoles a quien escuchaba y Christine Chauvet, su  pariente lejana.

Necesitaba saber e influir. Evitar que se generase un conflicto en su frontera sur.

Algunos de los partidos y clubs políticos de la mayoría presidencial agrupados en la UDF, que en 1974 hicieron posible la elección de Giscard, compartían esta necesidad e inquietud.

Les preocupaba porque veían que la única gran organización política preparada era el PC con su correa de actuación social en CCOO. 

Les preocupaba no entender muy bien las contradicciones de lo que acaecía en los estertores del franquismo y de cómo el Príncipe Juan Carlos podría asegurar un futuro democrático.

Les parecía, por ello, necesario contactar con españoles que les pudieran explicar su visión y conocer sus objetivos. Especialmente los de un centro derecha no estructurado, en busca de su ser y que en 1974 carecían de experiencia en la gestión nacional e internacional de un partido político y aun menos de campañas electorales.

Amiga de Fraga, de Carmen Diaz de Rivera y de Adolfo Suarez, esa fue la tarea que quiso asumir Christine Chauvet. Desde mediados de 1974 empezó a convocar reuniones en París que se celebraban en la Maison de l´Amerique Latine

Miembro del bureau de los Republicanos Independientes, analista político y con una escuela de formación en marketing electoral que puso generosamente al servicio de políticos y sindicalistas, se dedicó con entusiasmo y generosidad a formar a personas y a explicar cómo se debía crear un centro político en una España inexperta en estas lides.

Cómo conquistar la libertad desde la libertad tutelada. 

Y una vez llegados a este punto siguió en su empeño de mejorar, a través de Diálogo, unas relaciones bilaterales complicadas porque Giscard, aunque proclamara su afecto a España, no quería perder las palancas de presión que le ofrecían las dos grandes cuestiones del horizonte español: Europa como aspiración y ETA como problema.

Cuando alguien escriba sobre las parcelas desconocidas de la transición, cuando los historiadores puedan acceder a archivos reservados, podrán trazar el perfil, que hoy no es más que un esbozo, de una Christine que fue útil para nuestra democracia.

Descanse en paz.

Daniel de Busturia