De la actuación de los gobiernos y de sus compromisos incumplidos se habló y mucho en el curso de la conversación. Los participantes denunciaron los incumplimientos reiterados de los acuerdos internacionales, que en cualquier caso llegan tarde y son insuficientes.
De ahí la necesidad, y esa es una batalla de la Fondation pour la Nature et l’Homme, de que los tratados de nueva generación como el Acuerdo Económico y de Comercio que la Unión Europea ha cerrado con Canadá (CETA, por sus siglas en inglés) o el que la misma UE prepara con Singapur, estén sometidos al imperativo climático.
«El cambio climático es probablemente el mayor problema de la Humanidad ―coincidió Calleja― y no le damos la importancia que tiene. Eso, y la pérdida de la biodiversidad.» «Cuando hablamos de la destrucción de la biodiversidad, hablamos de la destrucción de la Humanidad», apostilló Pulvar. «El cambio climático es hoy. No ocurrirá dentro de 150 años, sino ahora, y afecta a todo el mundo», reiteró.
Así transcurrió el debate, entre la denuncia, el pesimismo y las llamadas a la acción. Aunque, quizá porque la moderadora manifestó su temor a que los mensajes apocalípticos, lejos de activar a la ciudadanía, la paralicen, el encuentro acabó con un triple mensaje de optimismo: Pulvar animó al auditorio a ejercer su responsabilidad ciudadana; Calleja pidió compromiso a los más jóvenes y Milá expresó su esperanza.
Participantes:
Moderación a cargo de:
Organizado por: