El foro económico franco-español tuvo lugar en la embajada de España en París el pasado 29 de noviembre. Es la tercera vez que se celebra. En esta ocasión, contó con la participación del Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; la Ministra de Transición Energética de Francia, Agnès Pannier Runacher; el Ministro Delegado de Comercio Exterior, Atractividad y Franceses en el Extranjero, Olivier Becht; el Presidente de CEOE Antonio Garamendi; el Presidente de MEDEF, Geoffroy Roux de Bezieux; el embajador de España en Francia, Victorio Redondo, y el embajador de Francia en España, Jean-Michel Casa.
También acudieron representantes empresariales, grandes afectados de la crisis económica. Entre ellos, ejecutivos de L’Oreal, Engie o Blablacar por parte de Francia. De España, Iberdrola, Vueling y Enagás, entre otros.
Cabe destacar que entre los muchos temas que se trataron se encuentran los retos de cooperación industrial y tecnológica entre ambos países y los intercambios económicos y comerciales. El objetivo es ser más competitivos a nivel mundial. Así mismo se habló de la importancia de colaborar de forma bilateral a nivel internacional, prestando especial interés en colaborar en otros mercados como Latinoamérica y África.
foro económico: Declaración conjunta
Los presidentes de Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF) mostraron su interés en reforzar su cooperación, intensificar sus relaciones y realizar propuestas concretas que ayuden a superar las crisis de hoy en día.
Consideran que la solidaridad entre ambos países es necesaria. Por ello, decidieron firmar en el foro económico una declaración conjunta en la que empresarios franceses y españoles se comprometen a cumplir con sus responsabilidades.
Prioridades de la declaración
Dicha declaración consta de tres prioridades:
- Afrontar mediante acciones las consecuencias económicas en un contexto geopolítico polarizado. Resulta necesario intensificar la cooperación industrial y tecnológica. Este punto se centra principalmente en la situación provocada por la invasión rusa en Ucrania. Para superar todos los problemas derivados de la guerra (subida del precio de la energía, reducción de las materias primas, etc.) y por supuesto, ayudar a Ucrania. Francia y España se proponen:
- Reforzar la autonomía estratégica.
- Incrementar las inversiones en I+D
- Facilitar el acceso de las empresas a los Proyectos importantes de interés común europeos (PIICE)
- Aumentar la financiación para los sectores innovadores para continuar siendo competitivos a nivel mundial.
- Cumplir y solicitar el cumplimiento de otros países de las reglas de la OMC y el respeto de las reglas de juego equitativas.
- Facilitar una respuesta europea a la crisis energética con el objetivo de limitar sus efectos en nuestra economía y competitividad. Este punto trata de mitigar todos los efectos negativos de la crisis energética. Tales como el cierre de empresas, la destrucción de empleo o la pérdida de competitividad, entre otros. Es necesario adoptar medidas de emergencia y evaluar su impacto para mejorarlas si fuese necesario.
- Diversificar la oferta energética de Europa: energía renovable, nuclear y baja en carbono.
- Volver a un mercado energético operacional.
- Seguir desarrollando redes e interconexiones.
- Diversificar las alianzas comerciales que tienen lugar dentro de la actual economía mundial, cada vez más polarizada. Para ello, es importante que la Unión Europea modifique sus proveedores. Debe apostar por proveedores más fiables y buscar socios que tengan los mismos valores e intereses.
El objetivo es lograr nuevos mercados en Latinoamérica y África. Ampliar las relaciones económicas permite diversificar las cadenas de suministro, lo que garantiza la transición energética verde. Además, se vería con mejores ojos el atractivo que tiene Europa para la inversión.