El actual desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) exige el desarrollo de la ciberseguridad para contrarrestar la utilización fraudulenta y sin ética de esta tecnología.
La IA es una herramienta útil contra la ciberdelincuencia. Pero su potencial también puede ser aprovechado para ejecutar ciberataques, haciéndolos más peligrosos que con las técnicas utilizadas antes de la popularización de esta tecnología.
Deepfakes y una Inteligencia artificial bajo control ético
Uno de los peligros actuales se encuentran en las llamadas Deepfakes. En ellas, mediante el uso de Inteligencia Artificial, se falsifican videos, imágenes y voces. Se imita la apariencia y la voz de una persona haciendo creer que lo que se está viendo es real.
Uno de los casos más recientes es la supuesta detención de Donald Trump que quedó ‘fielmente’ documentada en imágenes que se distribuyeron en redes sociales. Imágenes que parecen completamente reales sobre la detención del ex presidente de EE. UU., y que en realidad fueron generadas por IA.
Otros ejemplos del uso de la IA son el ChatGPT y GPT 4, considerados como el principio de una nueva era digital. Una forma de acelerar muchos procesos, que también necesita de ciertos controles éticos y legislación, pues resulta difícil predecir la finalidad que tendrán los avances que ya están realizando estos modelos de aprendizaje.
En este escenario, algunas personalidades del mundo tecnológico, como Elon Musk y Bill Gates, han firmado una carta abierta que pide que se cesen todas las acciones para el desarrollo de la IA porque suponen numerosos riesgos para la sociedad y la humanidad.
Según información facilitada por la Europol (Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial) estos chatbots se están utilizando para hacer phishing y ciberdelincuencia.
Por ello, se ha hecho un llamamiento para detener el desarrollo de la IA durante al menos 6 meses. Periodo en el cual se debe mejorar la tecnología. Es necesario aplicar protocolos de seguridad para garantizar sus beneficios y reducir al máximo sus riesgos.
Empresas como la multinacional francesa de ciberseguridad que se acaba de instalar en España con dos nuevas oficinas en Madrid y Barcelona ayudan a limitar los peligros de la utilización de la inteligencia artificial sin escrúpulos.
Advens destaca actualmente por dos servicios: CERT y mySOC. El primero de ellos está dirigido a prevenir, detectar y responder a emergencias de seguridad. Sirve para ayudar a las empresas a gestionar los ciberataques. Por ejemplo, en Francia se centra en el sector sanitario. Ha logrado proteger más de 100 ataques en hospitales.
Por su parte, mySOC está destinado a detener los ataques más sofisticados que sufren las empresas, independientemente de su tamaño y de su sector de actividad.