Abrir un negocio en Francia tiene ciertas similitudes con España, en lo que a forma jurídicas se refiere. En el análisis sobre cómo abrir un negocio en España hablábamos del autónomo, como la forma más rápida y económica de emprender en ese país. En Francia ocurre lo mismo con la figura del microempresario.
La responsabilidad ilimitada del microempresario
Del mismo modo que en España, la principal diferencia del microempresario con el resto de figuras es la responsabilidad ilimitada de su actividad. ¿Qué quiere decir esto exactamente? Que si un microempresario, por ejemplo, se endeuda para llevar a cabo una actividad en Francia, y el negocio no sale bien, tendrá que responder con sus bienes personales ante posibles embargos.
Este es un buen ejemplo para explicar las consecuencias de limitar o no dicha responsabilidad. Además de este aspecto, la figura del microempresario en Francia también se caracteriza por:
- Ser la forma más rápida y con menos trámites para emprender en Francia.
- Dentro de la responsabilidad limitada, también se puede delimitar la vivienda, para que ésta sea inembargable.
- Cuenta con modalidades fiscales simplificadas para facilitar los trámites relacionados con el pago de impuestos.
De forma casi idéntica a como ocurre en España, el microempresario francés tendrá que declarar ante un notario que, en efecto, quiere proteger su vivienda como un bien inembargable, con la correspondiente declaración de exención de embargo.
Abrir un negocio en Francia con responsabilidad limitada
El resto de fórmulas jurídicas para abrir un negocio en Francia diferencian entre propiedad empresarial y propiedad personal. Esto es importante para delimitar los bienes afectos que podrían verse afectados en caso de problemas de solvencia.
Sin embargo, crear una empresa por esta vía ya será más largo y costoso que en el caso anterior. Dentro de las opciones con responsabilidad limitada tenemos:
- EIRL, o propietario único con responsabilidad limitada. Muy similar a la primera figura descrita, con la particularidad de que se crea un grupo de activos que se destinarán específicamente a la actividad, separándolo de los bienes privados.
- SASU (o Sociedad Anónima simplificada). Pasamos al ámbito de la creación de sociedades para abrir un negocio en Francia. La principal diferencia respecto al modelo español, es que podemos crear una Sociedad por 1€, cuando en España el capital mínimo para poner una en marcha será de 3.000€.
- SARL (Sociedad de Responsabilidad Limitada). Es muy similar a la SL (Sociedad Limitada) en España. Se utiliza cuando se quiere abrir un negocio en Francia que va a contar con dos o más socios. El número máximo de socios que permite la Ley francesa en este tipo de fórmulas jurídicas es de 100. Entre ellos, pondrán en marcha un capìtal, que será el inicial para que la Sociedad creada comience a operar. De nuevo con la particularidad de que dicho capital mínimo puede ser desde 1€.
- La última entre las opciones más comunes es la Sociedad Anónima que funciona de forma similar a como lo hace en España. En Francia, el capital social mínimo para crear este tipo de entidades es de 37.000€ y debe tener un mínimo de dos socios (o de siete, en caso de tratarse de una Sociedad Anónima cotizada).
Del mismo modo que ocurre en España, existen varias alternativas más para abrir un negocio en Francia. Sin embargo, estas son las más comunes.
Impuestos según la vía elegida
En España, los autónomos tributan por el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas o IRPF, mientras que las Sociedades lo harán por el Impuesto de Sociedades. En Francia ocurre de forma muy similar.
Aunque existen excepciones, por norma general los empresarios individuales o microempresarios tendrán que tributar por el Impuesto de la Renta (IR). Las Sociedades lo harán por el Impuesto de Sociedades (IS).
Para ampliar información e iniciar los pasos para abrir tu propia empresa en Francia te recomendamos visitar la siguiente página web. Se trata de un portal oficial y en él podrás realizar online los trámites necesarios para poner en marcha tu negocio.