El regreso de Trump a la Casa Blanca: impacto y desafíos para Europa

Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, derrotando a la candidata demócrata Kamala Harris. Asumió el cargo el 20 de enero de 2025, sucediendo a Joe Biden. En su primer discurso, Trump enfatizó su eslogan «Make America Great Again» (Hagamos América grande de nuevo») y prometió trabajar incansablemente por el pueblo estadounidense, asegurando que será «la época dorada de América”.

Tras haber ocupado la presidencia entre 2017 y 2021, el retorno de Trump a la Casa Blanca genera expectativas y preocupaciones tanto en el ámbito interno como en el internacional, especialmente en Europa.

La Comisión Europea ha respondido defendiendo los intereses y valores de la Unión Europea. Marcos Sefcovic, comisario europeo de Comercio, ha declarado en la Eurocámara que, aunque la UE está abierta a negociar, apoyará sus principios y defenderá sus intereses.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su intervención en el Foro de Davos, enfatizó la disposición a negociar con la administración de Trump. Además, subrayó la importancia de la cooperación global y la defensa del Acuerdo de París sobre el cambio climático. 

El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha convocado recientemente a los líderes europeos para coordinar una respuesta conjunta, especialmente en temas de defensa y comercio.

¿Cómo puede afectar a Europa la vuelta de trump?

Las decisiones políticas y económicas adoptadas por Donald Trump durante su presidencia tienen repercusiones importantes en Europa.

  • Comercio y economía. Trump ha reactivado aranceles contra México, Canadá y China, generando incertidumbre económica. Ha anunciado «aranceles recíprocos» contra la UE y criticado el IVA europeo. También ha advertido a multinacionales que si no fabrican en EE.UU., tendrán que hacer frente a tarifas. La UE ha prometido responder con medidas firmes.
  • Cambio climático y energía. Trump ha retirado a EE.UU. del Acuerdo de París y revertido políticas climáticas internas. La UE refuerza su compromiso climático, pero enfrenta retrasos en la presentación de sus planes ante la ONU. La falta de liderazgo de EE.UU. puede dificultar la coordinación global contra el cambio climático. Solo siete países han cumplido con sus nuevas metas climáticas. 
  • Relaciones geopolíticas. Trump ha criticado a los países europeos por no gastar lo suficiente en defensa (especialmente en la OTAN). Si esa postura continúa, Europa tendrá que aumentar su gasto militar o buscar más independencia en materia de defensa. Trump ha insistido en que los países europeos deben asumir una mayor responsabilidad en el financiamiento de la OTAN. Esto ha abierto el debate sobre si Europa debería avanzar hacia una mayor autonomía en materia de defensa, reduciendo su dependencia de Washington.
  • Ucrania. La administración de Trump ha retirado al apoyo militar y financiero a Kiev. Los líderes europeos se ven obligados a reforzar su propio compromiso con Ucrania, independientemente de la posición estadounidense.
  • Tecnología y regulaciones digitales. Europa y EE.UU. tienen diferencias en la regulación de la tecnología y la privacidad. Si Trump adopta políticas que favorecen a las grandes empresas tecnológicas, la UE podría verse afectada. Además, las tensiones regulatorias podrían dificultar la cooperación tecnológica entre ambas regiones y abrir un mayor espacio para actores tecnológicos de otras partes del mundo, como China.
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