Los sistemas de salud de España y Francia son reconocidos a nivel mundial por su calidad, accesibilidad y enfoque en el bienestar de los ciudadanos. Aunque ambos países pertenecen a la Unión Europea y comparten principios como la cobertura sanitaria universal, existen diferencias notables en su funcionamiento, financiación y en los servicios que ofrecen.
Sistema de salud en España
El Sistema Nacional de Salud (SNS) de España es un servicio financiado con fondos públicos, que garantiza acceso universal y gratuito a todos los ciudadanos. Se rige por la Ley General de Sanidad de 1986 y está descentralizado, gestionado por las Comunidades Autónomas.
La atención sanitaria se divide en atención primaria (servicios accesibles y generales) y atención especializada (servicios más específicos). Además, el SNS promueve la equidad en el acceso y aborda las necesidades de grupos específicos, como adolescentes, ancianos y pacientes crónicos, apoyado por indicadores de salud como la esperanza de vida y la morbilidad.
Sistema de salud en Francia
Francia cuenta con un sistema de salud universal, donde el seguro médico es obligatorio y está financiado en gran parte por el Estado. El sistema permite la libre elección de médicos y combina servicios públicos y privados.
Los pacientes pagan directamente por servicios médicos, pero son reembolsados en un 80-100% según la gravedad de la enfermedad o el tratamiento. Además, muchos optan por un seguro complementario, Mutuelle, que cubre costes adicionales. El sistema se apoya en la Carte Vitale para la gestión de reembolsos y asegura acceso equitativo a la atención médica.
Diferencias entre los sistemas de salud en España y Francia
Ambos países presentan sistemas de salud sólidos con cobertura sanitaria amplia, aunque difieren en algunos puntos.
Modelo y financiamiento
- Modelo de España. Está basado en el modelo Beveridge, en el cual el sistema de salud está mayormente financiado por impuestos, lo que permite ofrecer un acceso universal y gratuito a la población. Todos los residentes legales en el país tienen derecho a la atención sanitaria.
- Modelo de Francia. En cambio, se rige por el modelo Bismarck, donde la mayor parte de la financiación proviene de seguros sociales obligatorios pagados por empleadores y empleados. Aunque el acceso es amplio, los ciudadanos franceses enfrentan ciertos copagos por servicios como medicamentos, hospitalizaciones y consultas especializadas.
Acceso a la atención
- En España, los pacientes deben estar registrados con un médico de atención primaria, que actúa como el primer contacto y gestor de la atención sanitaria. Este médico es clave para derivar a especialistas. En la atención primaria y en muchos otros servicios, los ciudadanos no tienen que pagar.
- En Francia, aunque la inscripción con un médico general es común, no es obligatoria. Los pacientes que no se registran pierden algunas ventajas, como mayores reembolsos por parte de la seguridad social. Los copagos están presentes en varios servicios, aunque muchos están cubiertos por un seguro complementario o “mutuelle”.
Indicadores clave de los sistemas de salud
- Esperanza de vida. En ambos países, la esperanza de vida es alta. En España se sitúa en 84 años, mientras que en Francia es ligeramente menor, en 83,1 años.
- Tasa de mortalidad. La tasa bruta de mortalidad en España se situó en 436.101 fallecidos, esto es un 9% por cada 1.000 habitantes. Esta es menor en comparación con Francia, que registra 631.153, un 9,2% por cada 1.000 habitantes.
- Gasto sanitario. En España, el gasto sanitario representa el 6,7% del PIB. Mientras que en Francia es mayor, alcanzando el 10.07% del PIB (datos de 2022). Además, el gasto per cápita en salud en Francia es superior al de España.